En nuestro caso el suelo es de material de relleno


En el bajo Belgrano y Nuñez el efecto es muy intenso por las características del suelo: desde las Barrancas de Belgrano hasta el río es material de relleno. No es tierra firme. Por eso aquí se mueve todo varios kilómetros a la redonda como si se tratase de un gigantesco colchón de agua. El subsuelo del bajo Belgrano y del bajo Nuñez está permanentemente encharcado, las oscilaciones se transmiten más y a mayor distancia por causa del agua. Inclusive la forma de construcción de los edificios en esta zona es diferente que en el resto de la Ciudad, aquí es necesario usar otra tecnología para que los edificios no se hundan. Es por todo esto que los edificios se mueven y se dañan muchísimo más que en otras zonas.

Además existe un fenómeno llamado subsidiencia que consiste en el hundimiento del terreno en zonas de subsuelo con agua. Las vibraciones agravan este fenómeno ya que al transmitirse por el subsuelo provocan la reacomodación y descenso de las partículas que conforman este tipo de terrenos, provocando severas rajaduras en lo que esté construído en la superficie, especialmente en las casas

La costa actual es el resultado de numerosas tareas de relleno artificial desde el año 1836. El principal objetivo de estas tareas de relleno siempre fue ganar terreno a las aguas del estuario, como resultado de una política de expansión. El total de las superficies de relleno desde la configuración de la costa original a la actual fue de aproximadamente 2.054 hectáreas. Las características morfológicas originales de la costa (barrancas, desagües naturales, arroyos, playa, lagunas y bajos anegados), se hallan totalmente alteradas. Las pendientes de las barrancas se pueden observar en sus formas originales en lugares puntuales de la ciudad como en las Barrancas de Belgrano. (Departamento de Geología. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.)