Durante mucho tiempo nos engañaron midiendo ruidos y no las oscilaciones ni los movimientos. Sólo nos enteramos del engaño cuando llamamos a otros técnicos para que nos ayudasen.
La supuesta ausencia de daños estructurales y la irresponsable afirmación de que los edificios no se van a caer también es otra de las mentiras con las que algunos funcionarios del Gobierno de la Ciudad trataron de ningunear las graves denuncias de los vecinos.
Se solicitó intervención a la Justicia en lo Penal para que investigue la omisión y/o participación de funcionarios en habilitaciones irregulares e indebidas y por haber desinformado a la Opinión Pública ocultando información vital al manifestar que los problemas eran consecuencia del ruido y que los edificios no se movían, así como que no había riesgos sino simplemente "molestias" (sic).
Además de la denuncias judiciales y tal como consta en Acta labrada por Escribano Público, en asamblea barrial se declaró "persona no grata" a la Ing Graciela Gerola, ex Presidenta de la Agencia de Protección Ambiental, al Dr Martín Farrel, actual Director de la Dirección General de Habilitaciones y Permisos, y al Sr Juan Pablo Piccardo, ex Ministro de Ambiente y Espacio Público del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Los estadios deportivos no fueron diseñados ni habilitados para cargas móviles, ni para que se superase su capacidad de público en varias decenas de miles de personas como si nada. Los estadios deportivos fueron calculados y diseñados para otros fines, el campo de juego es para pocos jugadores y no para multitudes. Las cargas que se consideraron para el cálculo estructural y para la construcción son cargas estáticas, no dinámicas. Para cargas dinámicas los cálculos estructurales exigibles son otros, especialmente por el tema de las destructivas vibraciones de baja frecuencia, como las que se producen durante los recitales.
Tal como se describe en el gráfico de The Engineering Toolbox las vibraciones y oscilaciones de baja frecuencia provocan daños no estructurales y daños estructurales en los edificios.
1) Daños no estructurales: cuando se raja la pared de un edificio desde el cuarto piso hasta la terraza, cuando se levanta el piso de cerámica de un baño o de un living, cuando se raja un techo o se parten paredes de ladrillo macizo, cuando se cae a la calle un balcón de mampostería, cuando se rajan las cloacas, cuando se rajan las cámaras subterráneas de luz y de telefonía y se inundan, cuando se aflojan las uniones de los viejos caños subterráneos de distribución del gas y hay pérdidas, todo ello configura daños NO estructurales, no por ello menos peligrosos o costosos. Las rajaduras se observan en calles tranquilas y han aumentado notablemente en los últimos años. Empleados de planta, declarados competentes por el Gobierno de la Ciudad, confirman lo denunciado por los vecinos.
2) Daños estructurales: el riesgo de daños estructurales también existe y es muy grave porque las vibraciones pueden fisurar los materiales en las fundaciones sin que haya manera de percibirlo. La unión entre las columnas, zapatas y las cintas subterráneas puede trincarse al igual que en la superficie. Sólo que bajo el suelo las fisuras no se ven y no se pueden arreglar. Además como el subsuelo de esta zona está siempre encharcado, las varillas de hierro (que son el alma de columnas y vigas) se oxidan con el agua que entra por estas pequeñas rajaduras y se van destruyendo por dentro lenta e inexorablemente, sin que nadie pueda remediarlo. ¿Cuanto tiempo tarda la estructura en terminar de debilitarse? No se sabe.
3) Malestar y síntomas en las personas: sensaciones de mareo, nauseas, vómitos, inquietud, angustia, insomnio, malestar físico, taquicardia, miedo, pánico, desencadenamiento de fobias (que pueden transformarse en persistentes) son algunos de los síntomas y síndromes observados como consecuencia directa de las oscilaciones.
Hay testimonios de médicos de Guardias Hospitalarias que han recibido inumerables pacientes con transtornos consecuencia directa de las oscilaciones que los recitales provocan. Esto también está descripto (y publicado) en varias otras partes del mundo donde se observó el mismo fenómeno como consecuencia de la oscilación de los edificios.
Una vez identificada esta seria problemática, se hicieron mediciones basales para verificar si los edificios se movían por otros motivos. El resultado fue negativo, ni el tránsito, ni el viento, ni las tormentas provocan el nivel ni el tipo de oscilación que se observó como consecuencia de los recitales. Hay antecedentes similares en otras ciudades del mundo: recitales en lugares inadecuados provocaron daños a los edificios y severo malestar en las personas. En ningún lugar se puso en tela de juicio la relación entre las rajaduras observadas o el malestar de las personas y las vibraciones, por el contrario, rápidamente se tomaron medidas prohibiendo los recitales en dichas zonas.
La supuesta ausencia de daños estructurales y la irresponsable afirmación de que los edificios no se van a caer también es otra de las mentiras con las que algunos funcionarios del Gobierno de la Ciudad trataron de ningunear las graves denuncias de los vecinos.
Se solicitó intervención a la Justicia en lo Penal para que investigue la omisión y/o participación de funcionarios en habilitaciones irregulares e indebidas y por haber desinformado a la Opinión Pública ocultando información vital al manifestar que los problemas eran consecuencia del ruido y que los edificios no se movían, así como que no había riesgos sino simplemente "molestias" (sic).
Además de la denuncias judiciales y tal como consta en Acta labrada por Escribano Público, en asamblea barrial se declaró "persona no grata" a la Ing Graciela Gerola, ex Presidenta de la Agencia de Protección Ambiental, al Dr Martín Farrel, actual Director de la Dirección General de Habilitaciones y Permisos, y al Sr Juan Pablo Piccardo, ex Ministro de Ambiente y Espacio Público del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Los estadios deportivos no fueron diseñados ni habilitados para cargas móviles, ni para que se superase su capacidad de público en varias decenas de miles de personas como si nada. Los estadios deportivos fueron calculados y diseñados para otros fines, el campo de juego es para pocos jugadores y no para multitudes. Las cargas que se consideraron para el cálculo estructural y para la construcción son cargas estáticas, no dinámicas. Para cargas dinámicas los cálculos estructurales exigibles son otros, especialmente por el tema de las destructivas vibraciones de baja frecuencia, como las que se producen durante los recitales.
Tal como se describe en el gráfico de The Engineering Toolbox las vibraciones y oscilaciones de baja frecuencia provocan daños no estructurales y daños estructurales en los edificios.
1) Daños no estructurales: cuando se raja la pared de un edificio desde el cuarto piso hasta la terraza, cuando se levanta el piso de cerámica de un baño o de un living, cuando se raja un techo o se parten paredes de ladrillo macizo, cuando se cae a la calle un balcón de mampostería, cuando se rajan las cloacas, cuando se rajan las cámaras subterráneas de luz y de telefonía y se inundan, cuando se aflojan las uniones de los viejos caños subterráneos de distribución del gas y hay pérdidas, todo ello configura daños NO estructurales, no por ello menos peligrosos o costosos. Las rajaduras se observan en calles tranquilas y han aumentado notablemente en los últimos años. Empleados de planta, declarados competentes por el Gobierno de la Ciudad, confirman lo denunciado por los vecinos.
2) Daños estructurales: el riesgo de daños estructurales también existe y es muy grave porque las vibraciones pueden fisurar los materiales en las fundaciones sin que haya manera de percibirlo. La unión entre las columnas, zapatas y las cintas subterráneas puede trincarse al igual que en la superficie. Sólo que bajo el suelo las fisuras no se ven y no se pueden arreglar. Además como el subsuelo de esta zona está siempre encharcado, las varillas de hierro (que son el alma de columnas y vigas) se oxidan con el agua que entra por estas pequeñas rajaduras y se van destruyendo por dentro lenta e inexorablemente, sin que nadie pueda remediarlo. ¿Cuanto tiempo tarda la estructura en terminar de debilitarse? No se sabe.
3) Malestar y síntomas en las personas: sensaciones de mareo, nauseas, vómitos, inquietud, angustia, insomnio, malestar físico, taquicardia, miedo, pánico, desencadenamiento de fobias (que pueden transformarse en persistentes) son algunos de los síntomas y síndromes observados como consecuencia directa de las oscilaciones.
Hay testimonios de médicos de Guardias Hospitalarias que han recibido inumerables pacientes con transtornos consecuencia directa de las oscilaciones que los recitales provocan. Esto también está descripto (y publicado) en varias otras partes del mundo donde se observó el mismo fenómeno como consecuencia de la oscilación de los edificios.
Una vez identificada esta seria problemática, se hicieron mediciones basales para verificar si los edificios se movían por otros motivos. El resultado fue negativo, ni el tránsito, ni el viento, ni las tormentas provocan el nivel ni el tipo de oscilación que se observó como consecuencia de los recitales. Hay antecedentes similares en otras ciudades del mundo: recitales en lugares inadecuados provocaron daños a los edificios y severo malestar en las personas. En ningún lugar se puso en tela de juicio la relación entre las rajaduras observadas o el malestar de las personas y las vibraciones, por el contrario, rápidamente se tomaron medidas prohibiendo los recitales en dichas zonas.